La sinodalidad como alternativa a una Iglesia polarizada. Análisis del documento de trabajo de la etapa continental
Resumen
Caminar hacia una Iglesia sinodal implica tomar conciencia de las tensiones que genera vivir la unidad en la diversidad. Una de las tensiones es la de quedar atrapado en el conflicto, que es lo que estamos viviendo en nuestra Iglesia tan polarizada. Cuando nos quedamos atrapados en el conflicto se estrechan los horizontes, se pierde el sentido de la totalidad y nos fragmentamos en subidentidades. Es la experiencia de Babel y no la de Pentecostés. Otra tensión es la de separarse espiritualmente, desinteresándose de las tensiones en juego, continuando la propia senda sin implicarse con los cercanos en el camino. Por el contrario, “la llamada es a vivir la tensión entre la verdad y la misericordia, como hizo Jesús. El sueño es el de una Iglesia que vive plenamente una paradoja cristológica: proclamar con audacia la propia enseñanza auténtica y, al mismo tiempo, ofrecer un testimonio de inclusión y aceptación radicales mediante un acompañamiento pastoral basado en el discernimiento” (DEC 30).