Nuevos humanismos que desafían a la educación cristiana
Resumen
Ante los cambios tan profundos que se están dando en los últimos años, cambios tan profundos que incluso llegan a alcanzar al concepto de hombre, el autor propone para repensar la acción educativa cristiana en el nuevo cuadro de referencia algunos criterios de fondo que considera prioritarios: a) tener en cuenta la complejidad de la nueva condición humana: complejidad en el ser y en el actuar, pero también en el interpretar y en el proyectar; b) tras el ocaso de la hegemonía, real o presunta, de la cultura cristiana en nuestras sociedades civiles, ha vuelto el tiempo de las obligadas y fatigosas mediaciones, el tiempo de una laicidad que hay que defender también como valor evangélico, en vez de combatirla como una enemiga de ciertas seguridades teocráticas; c) no puede hablarse de educación cristiana si personas e instituciones no promueven el paso de una moral de la ley a una moral de la conciencia, o, más propiamente, de la responsabilidad.